Pues puede ser que los 2 fans q conozco de la F1 son unos entendidos/nerds, porque uno es de Ferrari y el otro de McLaren, aunque luego les gusten unos u otros pilotos, digamos que antes de comprarse una "camiseta" de un piloto se la pillan de "su" escudería, vamos, que por mucho que les gustase Alonso, de Renault en su día no se iban a "comprar" nada, no sé si me explico bien.
También me parece algo medio-razonable viendo que no es raro que muchos pilotos cambien de color de coche año tras año.
Por eso yo siempre daba por sentado que la cosa iba de marcas y que los pilotos, como los jugadores, tienen una relevancia brutal porque solo son 2 por equipo pero que uno sigue a la escudería. Me equivocaba por lo visto, no está de más saberlo 
Se me olvidaba decir que hay una excepción a lo que he dicho, que es el fenómeno Ferrari en Italia. En Italia hay mucha gente que apoya más a un piloto extranjero de Ferrari que a un piloto italiano de otra escudería.
Con el resto de escuderías no ocurre nada parecido. En parte se debe a que la mayoría de ellas aparecen y desaparecen en pocos años. Los pilotos cambian de escudería frecuentemente, como bien dices, pero una escudería directamente puede desaparecer en dos años. Ahora mismo sólo Ferrari, McLaren y Williams llevan décadas en la competición ininterrumpidamente. Renault también tiene tradición, pero hace unos años no estaba y ahora ha vuelto. Mercedes también estuvo hace décadas y volvió hace unos cinco años. Luego hay equipos de creación más o menos reciente como Red Bull, Toro Rosso y Force India y otros que llevan muy poco tiempo como Manor y Haas. En cambio hay escuderías clásicas que ya no existen como Lotus, Jordan o Benetton. El caso de Brawn GP es curioso, existió durante un sólo año en el que arrasaron en el campeonato de escuderías y en el de pilotos con Button y Ross Brawn vendió el equipo a Mercedes.
Pero vamos, que salvo el caso de Ferrari en Italia se da mucha más importancia a los pilotos que a las escuderías, aunque un buen piloto con un mal coche no tenga nada que hacer.